El sol fue nuestro mejor aliado el sábado por la mañana, el Hot Wheels Drifting que sucedió en el autódromo Hermanos Rodríguez sucumbió en el éxito total.
Olor a llanta quemada, aplausos y saludos, paletas de limón y grosella y el Hot Wheels team, nos transmitieron el drifting en todo su esplendor pero, ¿Qué es el Drifting?
Dícese del verbo drift = deriva, drifting = derivar, driftear es llevar las cualidades dinámicas de un auto a la deriva, o su “máximo esplendor”, pues aquí el control de tracción o estabilidad no existen, en su lugar ponemos las sabias manos de los drifteros quienes dan piruetas y esquivan conos por las pistas.
El drifting de hot wheels se compone de una exposición o concurso internacional de manejo (tipo una copa) y de una exhibición de carácter visual con autos nuevos y veloces que nos muestran como se lleva el dinamismo al límite.
Del juego a la realidad.
Hot Wheels es un creador de sueños y adrenalina, en mi caso siempre crecí jugando a los carritos, es más, tenía un tapete en forma de pista, pero pareciera que es solo eso, un simple juego de niños, aunque en realidad ya no es así.
Hot Wheels lleva a las pistas los sueños de los niños con muestras, competiciones, pilotos de talento y fama mundial, y la materialización de los autos de escala a la realidad como el indie car.
La insolación no era la idea central del evento, y aunque los resultados eran un tanto lentos, el final nos regreso al dinamismo y las ganas de seguir observando la pista.
Autos de grandes capacidades jugando en la pista como si un niño gigante los manipulara a su antojo, fue así como percibí esta demostración.
No tan recomendable, diversión lenta.
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