La cantante californiana famosa por besar chicas, hizo una parada en Mèxico con su California Drems Tour para presentarse en Guadalajara y en el DF.
Vestida con caramelos giratorios, la noche del DF se veía prometedora, Katy hizo lo suyo en el escenario dejando a todos los presentes boquiabiertos con su espectáculo, que en realidad si parecía un sueño, pero más bien de algún niño glotón que muere por un algodón.
El rosa, claramente su color predilecto, fue el que eclipso nuestros ojos durante toda la noche, con luces y bastones de colores coreamos temas como: I kissed a Girl, Last Friday Night, Hot and Cold y algunos más, que todos nos sabemos.
Un espectáculo digno de cualquier quinceañera del programa de MTV (sweetsixteen), ataviado de decoración encima de otra decoración que se encontraba arriba de algún dulce de plástico.
Su talento jamás estará en duda, sus dote artistica es enorme y en realidad me considero un gran fan de su música, pero ¿Por qué llenarse de dulces al presentar un concierto?
No lo sé, y jamás lo sabré, solo espero que al hacer el amor con su esposo, el use crema chantilly.
Recomendable